Las reuniones nunca le gustaron, le hastiaba la gente como no se daban idea sus familiares. Para el ese tipo de cosas no eran más que una orgia, tan asquerosa era su opinión sobre las fiestas que siempre lograba encontrar las excusas mas ridículas para evitar asistir, solo para esconderse en su cuarto, en su mundo que creyó inquebrantable. Pero siempre hay un día en el que ni la mas grande de todas las excusas te puede librar. Odiaba bailar, odiaba la gente, y, sin embargo, ahí estaba, en el centro del salón intentando bailar con la joven que había hipnotizado su mirada desde que entro al salón. Se alejo de sí mismo, hasta parecerse desconocido a sí mismo, y todo para poder compartir ese momento con Enery... su Enery, con quien había decidido que compartiría su vida.
Pero la felicidad no era parte de su destino, y su mente solo jugó con el pobre niño al hacerle creer que la había encontrado; y lo único que podría acabar con esa mentira seria la muerte, y solo así sucedió: Enery había caído presa de su frágil salud, de su corazón de cristal, que día a día empeoraba, acabando lentamente con su cuerpo y con su alma....
¿Por que debe ser la enfermedad la que fluye por sus venas... y no yo?
La quería tanto... era su obsesión ser parte vital de su vida que sintió como si ella le traicionado al enfermarse. Aun así verla como se esfumaba en violentas sacudidas le dolía, le dolía ver como manchaba sus finas telas con sangre propia que el anhelaba, la que su cuerpo rechazaba y la hacia estremecerse cuando se le iba la vida poco a poco.
Sintió tantos celos entonces de la enfermedad que fluía a través de ella, y mejor oportunidad no vio cuando a base de moribundas suplicas le pidió descanso.
Ya no más sangre derramada en respiraciones bruscas, no mas violentas sacudidas en la mitad de la noche. Y el se había convertido en la noble herramienta para acabar con esa calidez carcomida, uno de sus tantos deseos se cumplió al convertirse en salvación para ella.
La quería tanto... era su obsesión ser parte vital de su vida que sintió como si ella le traicionado al enfermarse. Aun así verla como se esfumaba en violentas sacudidas le dolía, le dolía ver como manchaba sus finas telas con sangre propia que el anhelaba, la que su cuerpo rechazaba y la hacia estremecerse cuando se le iba la vida poco a poco.
Sintió tantos celos entonces de la enfermedad que fluía a través de ella, y mejor oportunidad no vio cuando a base de moribundas suplicas le pidió descanso.
Ya no más sangre derramada en respiraciones bruscas, no mas violentas sacudidas en la mitad de la noche. Y el se había convertido en la noble herramienta para acabar con esa calidez carcomida, uno de sus tantos deseos se cumplió al convertirse en salvación para ella.
Habiendo dado paz a la vida amada, se dio cuenta de que no todo el mundo vería la nobleza de su acción y lo marcarían como asesino de una criatura tan bella y frágil. El sabia que ya nada lo ataba a ese lugar, y que era hora de dejar su nido, su mundo.
Convenció con sucias monedas de oro a un vasallo para que escogiera a los mejores caballos y le transportara lo más lejos posible, a Elenar, donde nunca en su vida había pisado tierra y donde no había alguien que lo hubiera visto antes. El lugar perfecto para un nuevo comienzo.
Convenció con sucias monedas de oro a un vasallo para que escogiera a los mejores caballos y le transportara lo más lejos posible, a Elenar, donde nunca en su vida había pisado tierra y donde no había alguien que lo hubiera visto antes. El lugar perfecto para un nuevo comienzo.
- o -
El nombre de una persona es el reflejo de su alma, y nuestro trágico héroe había comprobado a sinsabores que necesitaba alejarse de su propia esencia para salir bien librado de su "crimen" salvatorio. De Abel se convirtió en Mathew para el dueño de la taberna, en Leigh para el vago que rogaba por dinero en la calle, de tiempo a tiempo cambiaba de persona, hasta por fin decidirse en su máscara definitiva, ahora sería un tal Daniel que se alojaba en el cuarto sucio de un hostal, y quien solo menciono una vez su nombre para el recepcionista.
Y ese cuarto frio le observaba siempre escribir sobre su amada Enery y su caridad hacia ella. que nadie lograría entender jamás, pues claro, ellos no habían estado ahí! Ellos no habían escuchado las suplicas de la princesa, ellos no podían entender que la princesa quería que acabara de esa manera!... Tan grande era su depresión que decidió reunirse con su amada por última vez, después de tanto tiempo.
Palabras, palabras y más palabras labradas dolorosamente sobre el papel. En veces salía tímido de su cuarto para no levantar sospechas, más no descansaría hasta terminar y que quedaran sus pensamientos como eternos, sus razones como nobles y no como asesinas.
- o -
Días y Noches.
Hasta que marco con su propia tinta el punto final. No con una plumilla, sino con su espada; no con la tinta negra, si no con su sangre. Logrando plasmar su vida como lo hizo con la de la princesa, haciendo su vida eterna mientras agonizaba, su rostro tornándose pálido mientras la sangre se escapaba de su pecho.
Y la vista del techo del hostal se convertía en los bellos ojos que el conocía y anhelaba tan bien. Y sus recuerdos desfilaban frente a sus ojos, anteriores, posteriores, daba igual, ya que lo único que quería era verla a ella, estar con ella... Y bien, aunque fuera por un instante... se podría decir que su deseo se le fue cumplido
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Eh aqui la primera traduccion (del unico post de este blog -. -), espero que lo hayan disfrutado, ya que una vez que me desocupe planeo traer mas posts, asi que no duden en regresar a revisar, con esto me despido de ustedes, y recuerden dejar un comentario, toda critica se aprecia!
~Abel
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